Las enfermeras Sabela Calvete y Manuela Monleón, del Grupo de Dolor y Cuidados de FAECAP, han venido participando en un trabajo multidisciplinar coordinado por la sociedad Socidrogalcohol, cuyo final ha sido la publicación de ésta guía.
En los últimos años hemos observado, a nivel general y en distintos países, un incremento en el uso de los fármacos opioides para el tratamiento del dolor, sobre todo del dolor crónico no oncológico.
En ocasiones, este uso está justifi cado por el alivio que representa para la persona disminuir o abolir la
sensación nociceptiva. Por este mismo motivo, su uso se ha extendido y se ha popularizado hasta extremos a veces poco justifi cables.
No todos los tipos de dolor deben ser tratados con esta clase de analgésicos y siempre es conveniente empezar de forma escalonada, en función de la patología subyacente y utilizando el fármaco más adecuado en cada caso.
Los opioides son fármacos muy efectivos para el dolor, pero no están exentos de complicaciones; por ejemplo, pueden producir un efecto rebote y causar más dolor en lugar de aliviarlo o pueden, incluso, provocar una adicción.
Con este manual de consenso, un grupo de profesionales sanitarios –médicos, psicólogos y enfermeros
de distintas disciplinas– queremos dejar claro qué fármacos se deben utilizar en cada momento para tratar el dolor crónico, cómo utilizarlos, cuáles son los beneficios y los riesgos que presentan y cómo evitar, en la medida de lo posible, los problemas derivados de su mal uso. Las diferentes perspectivas de las unidades del dolor, de la Oncología, de las unidades de conductas adictivas, de la Atención Primaria y de la Enfermería nos pueden ofrecer una visión bastante completa de esta cuestión. Esto nos ayudará a tratar de la forma más correcta a estos pacientes, a evitar las posibles complicaciones y, si se presentara alguna, a saber dónde y cómo tratarla.
Esta guía quiere ofrecer un equilibrio entre lo útil, lo eficaz, lo necesario y lo nocivo. Nunca hay tratamientos buenos o malos al cien por cien; el problema siempre radica en la mala utilización que se haga de ellos.
Los analgésicos opioides, aunque han aliviado el sufrimiento de muchos pacientes, no son una solución
sencilla ni necesariamente eficaz en el tratamiento el dolor crónico no oncológico. Aceptar que hay unos elevados índices de fracaso del tratamiento con opioides es el primer paso para mejorar su uso. Muy posiblemente, la selección actual de estos fármacos en el dolor crónico no es la más adecuada, las dosis que se utilizan son demasiado altas y la duración de los tratamientos, demasiado larga. Aprendamos, pues, a hacer un buen uso de estos fármacos. Te guiamos con este fin a través de estas páginas.
FRANCISCO PASCUAL
Presidente de Socidrogalcohol