Artículo de opinión publicado en El Portal “LasDrogas.info”, en relación a la prevención del tabaquismo, por Adelaida Lozano Polo Coordinadora del Grupo de Tabaquismo de FAECAP.
A primeros de años se cumple un nuevo aniversario de la Ley 28/2005, conocida como ley del tabaco, y ya van 12 años desde que en España se prohibió fumar en la mayor parte de espacios públicos cerrados. En el año 2010 se modificó, por la Ley 42/2010, dado que se estaba produciendo una importante desigualdad en salud en el sector hostelero que continuaba expuesto a un gran tóxico del que no existe nivel de exposición segura: el humo de tabaco. No ha sido el único cambio que ha sufrido esta ley, que, dicho sea de paso, se considera uno de los principales avances en salud pública de nuestra década al reducir el riesgo del tabaquismo pasivo a la población, y generar una nueva conciencia social de lo peligroso que es fumar. Recientemente la Ley ha tenido que ser modificada para adaptarse a las normas legales que establece la Unión Europea en relación con la venta y producción del tabaco, en concreto a la Directiva Europea 2014/40/ de Productos de Tabaco. Nuestro país ha cumplido esa obligación, tarde y con poco ímpetu, dado que era una estupenda oportunidad para seguir avanzando en el control del tabaco, primera causa evitable de mortalidad y enfermedad en nuestro país y en el mundo a día de hoy.
El Real Decreto 579/2017 Y el Real Decreto Ley 17/2017 han “traspuesto” la Directiva Europea tal cual, sin considerar las opciones que en ella se contempla de ampliar la regulación y sin tener en cuenta los preceptos del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco que firmó España junto a otros más de 180 países.
Bueno… y que más se puede pedir, dirán algunas personas. Pues mucho más, según consideramos los profesionales involucrados en la prevención y el control del tabaquismo, representados principalmente en el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) que aglutina a unas 33 sociedades científicas, ciudadanas y consejos de colegios profesionales. Las principales reivindicaciones, y que no se han tenido en cuenta en estas últimas modificaciones de la Ley son:
- Subida de impuestos del tabaco y equiparación entre los distintos tipos de productos (tabaco de liar, cigarrillos electrónicos, etc.)
- Prohibición de fumar en espacios públicos abiertos dirigidos a actividades deportivas y lúdicas donde hay presencia de menores, por ejemplo, estadios deportivos, playas, etc. Así como en los accesos a edificios de las administraciones públicas, y en las marquesinas de autobuses y estaciones de transportes.
- Implantación del empaquetado neutro: homogenizando todos los paquetes de un color que muestre realmente el producto que se está comprando, con grandes imágenes ilustrativas de sus efectos y mensajes bien claros de ellos, sin apenas espacio identificativo de la marca.
- Incrementar las intervenciones dirigidas a prevenir el tabaquismo mediante programas educativos estructurados y campañas de información y sensibilización en medios de comunicación de masas.
- Ampliar la oferta de ayuda para dejar de fumar, equiparando los servicios en todo el territorio español para que toda la población tenga derecho a recibir ayuda para dejar de fumar y subvencionando el tratamiento del tabaquismo al igual que el de cualquier otra patología.
¿Realmente son necesarias estas medidas extras? Veamos algunos datos a ver que nos sugieren:
Consumo de tabaco a nivel nacional
En España mueren al año en torno a 52.000 personas por fumar o estar expuestas al humo de tabaco, la mortalidad es prematura y está incrementándose en mujeres. El consumo de tabaco produce daño en todos los órganos y está detrás de gran parte de los cánceres y de un amplio número de enfermedades que son muy frecuentes, como es el caso del infarto al corazón, o del accidente cerebrovascular, así como enfermedades respiratorias graves que merman de forma importante la calidad de vida, como es la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), y está relacionado con otras enfermedades crónicas como la Diabetes, o con el aumento de mortalidad en personas con SIDA, etc.
Y en cuanto a los datos del consumo de tabaco, la Encuesta Europea de Salud en España (EESE) del año 2014 reflejaba un ligero descenso en el consumo de tabaco en la población española respecto a datos previos de la ENS de (2011: 24%; 2006: 26,4%; 2003: 28,1%), situándose actualmente en un 23% de la población, y estando por encima de la media de los países de la OCDE (20%).
La reducción del consumo ha sido menor en mujeres (2014: 18,6%; 2003: 22,4%) que en hombres (2014: 27,9%; d2003: 34,1%), aunque en los últimos años, se ha estancado la disminución en hombres y ha aumentado en las mujeres. Una cuestión interesante es que el descenso ha sido especialmente en el grupo de población más joven (15 a 24 años) en los que la reducción ha sido de 14 puntos (32,9% en 2003 frente a 18,5% en 2014), lo cual nos hace pensar que cada vez se incorporan menos personas a fumar.
Otra cuestión importante es que población es la que está fumando, teniendo en cuenta su situación social. El consumo es mayor a medida que se disminuye el nivel de la clase social, es decir las personas con mayor nivel socio-económico fuman menos que las que tiene un nivel social más deprimido, y la diferencia entre clases está aumentando ligeramente. Esta tendencia se observa en los hombres, donde la diferencia entre la clase mayor (I: 20%) y la más deprimida (VI: 33,3%) es de 13 puntos. En las mujeres no se observa esta diferencia por clase social, posiblemente porque el consumo en las mujeres sigue estando influido por su incorporación a la sociedad y las mujeres de clases sociales más deprimidas podrían estar menos integradas y por tanto han copiado menos el rol masculino de fumar.
Según el nivel de estudio, fuman más las que tienen estudios intermedios (26,9%) y según la situación laboral, las personas desempleadas (35,2%), tanto en el caso de los hombres (42,1%) como en el de las mujeres (28,4%).
Consumo de tabaco en escolares
¿Y que nos dicen otros estudios en escolares? Si observamos las tendencia de ESTUDES podemos ver como ha ido reduciendo el consumo tanto alguna vez en la vida que ha pasado del 60,4% (chicos: 56,6%; chicas: 64,1% ) en 2004 al 38,4% (chicos: 36,5% ; chicas: 40,3%) en 2014, como en el caso del consumo diario que se sitúa en un 8,9% (chicos: 8,7%; chicas: 9,1%) frente al 21,5% (chicos:18,9%; chicas: 24,1% ) en 2014; o el consumo en el último mes que en 2014 se sitúa en un 25,9% (chicos: 24,5%; chicas: 27,2%) frente al 28,7% (chicos: 32,9%; chicas: 30,6%) que era en 2004. Podemos decir que se ha reducido los escolares que prueban el tabaco y los que llegan a ser fumadores tanto en chicos como en chicas, siendo en todos los casos superior este consumo entre las mujeres, al revés que ocurre en todas las otras drogas, pero siendo mayor la reducción en ellas; tendiendo a equipararse el consumo por sexo en escolares.
A la par de la reducción del consumo de tabaco en escolares observamos un ligero aumento en la edad de inicio, que en 2014 era de 13,9 años (13,8 en chichos y 14 en chicas) y también ha aumentado la percepción de riesgo del consumo de tabaco. Sin embargo, no hay que perder de vista que se ha incrementado el uso del cannabis en el último mes y que en el 85% de los casos este se consume junto al tabaco, sin ser los jóvenes conscientes de este consumo, tal y como se alerta desde el Proyecto EVICT – www.evicprojectorg-. También han irrumpido en el mercado los cigarrillos electrónicos, los cuales son usados por el 17% de escolares, algo más entre los chicos 18,8% que entre las chicas 15,5%. Además, en la actualidad casi la mitad de los escolares están en un hogar con humo, situación que se ha reducido ligeramente desde 2004 (55,9%).
¿Queda mucho por hacer?
¿Creemos que con esta situación nuestro Gobierno debe quedarse con los brazos cruzados… o que debe hacer una apuesta firma, clara y sin conflictos de intereses por frenar el tabaquismo en España?
Que casi uno de cada cuatro españoles fume, y que prácticamente la mitad de ellos mueran prematuramente por causa del tabaco, no nos parece de recibo. Recordemos que estamos por encima de la media europea, y que nuestros jóvenes se inician antes también. Bajo nuestro punto de vista la última modificación de la Ley por imperativo europeo era un buen momento para haber tomado cartas en el asunto y haber ampliado las medidas que se saben que son eficaces para evitar el inicio del consumo de tabaco y para promover el abandono.
Aun así, estamos a tiempo de remontar y frenar esta epidemia, y alcanzar así los objetivos previstos en salud para el horizonte 2020. Para ello, hay que poner en marcha un Plan Nacional Integral y Multisectorial de Control y Prevención del Tabaquismo, con perspectiva de equidad y género, que ayude a la población a dejar de fumar y reduzca el inicio de nuevas personas fumadoras con las medidas de promoción de salud que he comentado previamente: subidas de impuestos, medidas educativa y legislativas, reorientación de los servicios sanitarios para ayudar a dejar de fumar y como no, de las universidades para formar buenos profesionales en prevención del tabaquismo. Una carrera de fondo que los sanitarios, docentes, profesores, políticos y la sociedad civil debemos correr juntos por la salud de toda la población.
Más información en: http://www.lasdrogas.info/opiniones/469/prevencion-del-consumo-de-tabaco-queda-mucho-por-hacer-en-espana.html