FAECAP participa en el III Simposio Internacional Europeo sobre el “Impacto Social del Dolor (SIP 2012)” y pone de manifiesto la necesidad de mejorar la formación profesional en el abordaje del dolor, reconociendo al dolor crónico como una enfermedad.
Madrid, 11 de junio de 2012. Redacción FAECAP. Con motivo del III Simposio Europeo sobre el “Impacto Social del Dolor (SIP 2012)” celebrado en Copenhague, Dinamarca, del 29 al 31 de mayo, un grupo multidisciplinar de expertos de 35 países europeos se ha reunido para sensibilizar sobre el impacto social del dolor, intercambiar las mejores prácticas y fomentar proyectos europeos y nacionales en políticas de atención al dolor.
El SIP (Impacto Social del Dolor) se creó en 2010, con el objetivo de crear conciencia sobre el impacto que el dolor tiene en la sociedad, en los sistemas de salud y en la economía de los países.
Los objetivos científicos del SIP 2012 han sido avalados por más de 160 organizaciones internacionales, entre ellas nuestra Federación representada por Manuela Monleón, socia de SEMAP, experta en Cuidados Paliativos y Marta Pisano, ex presidenta de FAECAP.
El encuentro finalizó con la demanda del “reconocimiento del dolor crónico como una enfermedad en sí misma por parte de las instituciones gubernamentales de la UE y los gobiernos de los Estados miembros”.
El simposio se desarrolló a través de diversos talleres, en los que se realizaron exposiciones sobre un tema común y cuyas conclusiones se presentaron en las sesiones plenarias. Manuela Monleón y Marta Pisano, participaron en el taller “Benchmarking, education and research programmes on pain Management in the EU,” representando a las enfermeras que abordan a diario el dolor, con la ponencia “Developing pain education for nurses by nurses”.
En la ponencia, Manuela Monleón, puso de manifiesto la necesidad de que “la enfermera debe estar formada en el abordaje del dolor y participar activamente en el grupo multidisciplinar. Solo con una formación sólida podrá manejar el tratamiento farmacológico y no farmacológico y la educación en el autocuidado frente al dolor. Con la protocolización del abordaje que incluya la prescripción enfermera, se mejorará y agilizará la asistencia a las personas con dolor”.
Así mismo, recordó que los diversos estudios de la doctora Lynda Ayken, han demostrado como la especialización enfermera y su aumento formativo, no sólo influye en la calidad de la atención, y en la disminución de la morbilidad, sino que lo hace directamente sobre la mortalidad de los pacientes. Lo que refuerza las recomendaciones de la American Association of Colleges of Nursing, respecto a la necesidad de aumentar el grado de formación de la enfermería para mejorar la seguridad de los pacientes y proporcionar una mejor calidad de cuidados.
También hizo mención a los estudios sobre la seguridad del Sistema de Salud Español realizados en 2006 en los hospitales (ENEAS) y en 2088 en atención primaria (APEAS), en los que se atribuyen riesgos directos a la actuación sobre el manejo de la medicación, y en concreto al dolor, ponen en valor la responsabilidad de las enfermeras comunitarias en la mejora de la calidad, centrándose en el dolor. Mostrando la visión holística de la enfermera como profesional que atiende no solo el dolor físico, sino también el psíquico y los condicionantes familiares y sociales del mismo.
Concluyendo que “el aumento de la formación, en este caso en el tema del dolor, para enfermeras, y por enfermeras, de forma continuada, acreditada y accesible con una propuesta de formación on-line, conlleva indudables beneficios, para los pacientes, para los profesionales y para el sistema sanitario en general.”
- Para ver la ponencia de Manuela Monleón y Marta Pisano, pincha aquí
- Resumen de la ponencia en castellano